No estás cansada. Estás sobreestimulada.
- nutriwellnesslife
- 11 abr
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 16 jul
Durante mucho tiempo pensé que estaba cansada porque “no dormía bien”, porque “no comía perfecto”, o porque “me faltaba energía”. Y claro, todo eso influye. Pero no era solo eso. Estaba sobreestimulada. Demasiada información, demasiados ruidos, demasiadas exigencias mentales, demasiadas pantallas, demasiados “tengo que”. No era cansancio del cuerpo. Era saturación del alma. ¿Te suena? Estás quieta/o, pero tu mente no para. Te levantás cansada/o aunque dormiste. Te cuesta tomar decisiones simples. Sentís que todo te irrita o te abruma. Hacés scroll sin parar pero no registrás nada. Llegás al final del día y no sabés en qué se te fue. Eso no es solo “falta de energía”. Es un sistema nervioso en alerta constante.
¿Qué me ayuda a bajar el volumen? No es mágico ni perfecto, pero cuando empiezo a hacer lugar para esto, mi energía cambia: Pausas sin culpa. A veces 10 minutos sin hacer nada son medicina.
Menos pantalla, más silencio.
Apagar notificaciones.
Caminar sin música.
Respirar profundo, pero de verdad. Tres respiraciones lentas antes de comer, antes de contestar, antes de seguir.
Ordenar afuera para ordenar adentro.
Acomodar una mesa, una idea, una emoción.
No llenarme de más información. Con una sola cosa que me nutra, alcanza.
Dormir cuando el cuerpo lo pide.
No todo es para resolver hoy.
No es que estás floja/o.
No es que no podés con todo.
Es que estás recibiendo demasiado. Y tu cuerpo, tu mente y tu alma te están pidiendo una pausa. Un poco menos de ruido. Un poco más de vos.
Gracias por estar del otro lado,
Ceci de NutriWellness
Conectá con vos. Nutrite. Viví mejor.

Comentarios