¿Por qué tengo tanta ansiedad por lo dulce?

No sos vos. Es tu cuerpo, tu energía, tus emociones… y también, la forma en que estás comiendo. La ansiedad por lo dulce no es falta de voluntad. Tiene muchas capas. Y cuando las empezás a mirar con amor, todo empieza a ordenarse.

A veces es un desbalance de glucosa. Otras veces, es cansancio emocional. O una necesidad de afecto no expresada, de pausa, de contención.

Y el cuerpo, que es sabio, te pide algo rápido, que calme, que tape, que alivie enseguida. Pero la verdadera hambre no siempre está en la panza.

¿Qué me ayudó a bajar esa ansiedad?

Te cuento algunas cosas que a mí me cambiaron:

• Comer en orden: primero vegetales, después proteína y grasas, y al final (si tengo ganas) los almidones. Parece poco, pero cambia mucho.

• Evitar picoteos todo el día: dejar que el cuerpo tenga pausas para descansar.

• Desayunar en serio: no solo café y pan. Desayuno real, con proteínas y algo salado.

• Ponerle nombre a lo que siento: a veces lo dulce tapa una emoción. Y cuando me pregunto “¿qué estoy necesitando de verdad?”, algo se abre.

• Descansar más: dormir poco también da más antojos. El cuerpo busca energía rápida.

• Caminar al sol: movimiento suave + luz natural me cambia el ánimo y baja la necesidad de azúcar.

• Escribir en vez de comer por impulso: si siento ansiedad, agarro un cuaderno. No siempre, pero muchas veces funciona.

• Entender que no estoy rota: estoy en proceso. Y eso ya es un montón.

  
  

Algunas señales de que el “antojo” es emocional:

• Tenés hambre aunque comiste hace poco.

• Buscás lo dulce después de una discusión o cuando estás sola/o.

• Comés de pie, rápido, sin disfrutar.

• Después sentís culpa o pesadez.

• Lo dulce calma… pero solo por un rato.

  
  

No es dejar el azúcar para siempre. Es entender desde dónde la estás buscando. Es elegirla desde el disfrute, no desde la ansiedad. Es aprender a escucharte mejor.

Y si hoy no pudiste... también está bien. Esto no va de perfección. Va de amor, de conciencia, y de volver cada día a vos.

Gracias por estar del otro lado,

Ceci de NutriWellness

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