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¿Y si no me falta fuerza de voluntad, sino amor propio?

Actualizado: 16 jul


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Durante mucho tiempo pensé que el problema era mi falta de voluntad. Que no me alcanzaba la disciplina. Que no tenía constancia. Y me decía cosas como: “Siempre dejás todo por la mitad”, “no tenés fuerza para sostener nada”, “te saboteás sola”. Lo que no me daba cuenta es que eso no me motivaba. Me lastimaba.

No era falta de fuerza de voluntad. Era falta de comprensión, de paciencia, de amor propio.

Hoy, después de todo lo que viví, y después de acompañar a personas, puedo decirte algo con total convicción: No necesitás castigarte para cambiar. No necesitás ser dura/o con vos. No se trata de fuerza. Se trata de cuidado.


Cosas que me sirvieron para salir del modo “exigencia”:

  • Tratarme como trataría a alguien que amo. Suena simple, pero no lo hacemos.

  • Revisar el diálogo interno. ¿Me hablo con juicio o con comprensión?

  • Aplaudir lo pequeño. Porque a veces hacer una sola cosa distinta ya es un montón.

  • Recordarme que no necesito estar impecable para merecer bienestar.

  • Entender que la disciplina no es castigo. Es sostener lo que me hace bien.


No sos floja. No sos débil. No estás fallando.

Capaz lo que te falta no es fuerza…sino que alguien te mire con ternura y te diga: "estás haciendo lo mejor que podés".

Y capaz ese alguien podés ser vos.


Gracias por estar del otro lado,


Ceci de NutriWellness

Conectá con vos. Nutrite. Viví mejor.

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