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No todo lo que parece autocuidado lo es

Actualizado: 16 jul

Hoy se habla mucho de autocuidado. Y está buenísimo que se hable. Pero también me pasa que, a veces, veo esa palabra vacía. Llena de velitas, baños de espuma, skin care y frases lindas... pero lejos de lo que de verdad necesitamos.

No todo lo que parece autocuidado lo es.

Y no todo autocuidado es cómodo o lindo de ver en redes.

A veces, autocuidarte es dejar de forzarte a estar bien todo el tiempo.

Es dormir aunque tengas mil cosas pendientes.

Es comer algo real, aunque no sea “instagrameable”.

Es apagar el celular y quedarte con vos misma, en silencio.

El autocuidado real, muchas veces, incomoda.

Es decir “no puedo” aunque te sientas culpable.

Es poner límites, aunque tengas miedo de incomodar.

Es reconocer que estás triste, sin apurarte a salir de ahí.

Es dejar de compararte, aunque eso implique alejarte de ciertos espacios.

Es priorizarte aunque no todos lo entiendan.

Yo también caí en la trampa de pensar que autocuidarme era comprarme cosas, hacer rituales, seguir rutinas “de bienestar”.

Pero entendí que lo más profundo que podía hacer por mí era tratarme con respeto. Con paciencia. Con verdad.

Entonces, ¿qué es autocuidado para mí hoy? Ser honesta conmigo misma. Escuchar lo que necesito de verdad, no lo que “debería”. Sostener hábitos que me hacen bien, aunque a veces no tenga ganas. Pedir ayuda cuando la necesito. Cuidar mi energía, incluso si eso implica alejarme de ciertos vínculos o hábitos.

Autocuidarte no siempre se ve lindo.

No siempre brilla.

A veces es soltar, llorar, frenar.

Pero siempre, siempre, es un acto de amor real.


Ceci de NutriWellness

Conectá con vos. Nutrite. Viví mejor.


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